Cuando la barra de la vida está a punto de completarse, cuando cada nuevo salto del dígito anual forma parte de nuestra cuenta atrás... cuando se está más cerca de la urna funeraria que de la de los votos, se olvidan por fin las pasiones partidarias, deja de primar la aptitud o ineptitud de nuestros gobernantes, tanto como la de aquellos de que se le oponen. Ahora pueden observarse los parámetros en que se mueven unos y otros, con la objetividad de aquellos que ya no van a padecer sus consecuencias .
Cierto que este Gobierno ha puesto cuanto estaba en sus manos – o quizás algo más -, para lograr el fin del terrorismo. Ha colocado en la balanza de la negociación incluso la estabilidad del país como conjunto, propiciando el desarrollo de estatutos autonómicos ávidos de secesión , ha orientado la actuación de la Fiscalía del Estado casi hasta el filo de la prevaricación, ha consentido la excarcelación de sanguinarios terroristas...¿Todo para conseguir el sagrado fin de cerrar el capítulo de la violencia? ¿O ha contado también el rédito en votos que la negociación conllevaría?.
La oposición, por su parte, ha usado también cuantos recursos estaban a su alcance para conseguir que el Gobierno fracasara en el empeño.. Se ha apoyado en el justo dolor de las víctimas para inclinar la balanza de su lado. Ha tratado de exacerbar los ánimos en la calle...¿solamente por amor patrio? ¿o quizás también tratando de transformar los gritos en votos?.
Al acabar el año es hora de hacer balance, aunque quizás no sirva de mucho... Cualquier análisis, somero o prufundo, de la situación nos induce a pensar que no estamos cerca de la solución, sino ante un nuevo año de suma y sigue..., ya que el epílogo al terrorismo solo puede escribirse de la mano de los dos únicos partidos con capacidad matemática para ponerlo fin.
Mientras tanto, el único sentido corporal que sobrevive en la ancianidad -el olfato-, nos seguirá informando de que durante el próximo año, como ha ocurrido a lo largo del que agoniza, todo continuará pudriéndose... Seguiremos oliendo a mierda partidaria, mientras nos asesinan.